

Cuando Todo Trenes cumplió un año, alguien se refirió al Nº 1 original como "la caja de ravioles aplastada", y desde entonces muchos la identificamos asi. Aquél tímido Nº 1 tenía mucha voluntad, pero no era un gran despliegue de recursos y estética, precisamente. Una tapa de cartón para que simplemente se distinguiera de un simple boletín; tres colores para llamar un poco la atención, y éstos exageradamente separados entre si, temiendo que la precariedad técnica (se utilizó papel vegetal en lugar de acetato o chapa) terminara superponiendo los campos, arrojaron este resultado muy digno de la fábrica de pastas La Piolita de acá a la vuelta. Con una tirada cuatro veces superior a las expectativas de venta, nunca esperábamos que con el tiempo la "caja de ravioles" se agotaría, y menos aún que tuviéramos que volver a sacarla a la calle con un nuevo diseño, el que se agotó también. En Todo Trenes no renegamos de este modesto principio, que simplemente nos recuerda con cuanta pasión queríamos hacernos un lugar en el mundo de los trenes.