Cuando iniciamos este blog a principios de 2009, lo hicimos con el objeto de tener una vía de comunicación adicional con los lectores de la revista, con el fin de evacuar consultas frecuentes, tales como formas de suscripción, puntos de venta, fechas de salida, disponibilidad de números atrasados y demás. Eventualmente, agregamos algunos contenidos relacionados con la edición impresa. Ha sido y es una herramienta muy valiosa para nosotros, que la hemos considerado asi: como una herramienta. Rara vez consultamos las estadísticas de visita de cada entrada o medimos su éxito de alguna u otra manera. Pero no se nos pasó por alto lo que ocurrió con un par de entradas bastante antiguas, de julio de 2009.
http://revistatodotrenes.blogspot.com/2009/07/n-64-de-tintina-campo-gallo.html
http://revistatodotrenes.blogspot.com/2009/07/n-64-el-decauville-de-campo-gallo.html
Ambas entradas, relacionadas con un par de notas publicadas acerca de la historia del ferrocarril entre Añatuya, Tintina y Campo Gallo en Santiago del Estero, han sido ámbito de un inesperado fenómeno social, protagonizado por antiguos habitantes de la zona que, empujados al desarraigo desean contactarse con pedazos de su propia historia. No menos de 30 mensajes intercambiando recuerdos y direcciones de correo electrónico se han entrecruzado, manteniendo en vigencia las que resultaron ser las entradas más demandadas de este blog.
Efecto inesperado pero muy feliz: un medio de comunicación ha servido para comunicarse, anidando en una página de trenes como podía haberlo hecho en otra parte. Se ve que la gente de Campo Gallo necesitaba una vía para encontrarse y nos ha gratificado al apoyarse en nuestra humilde labor. Sigan buscándose, gente; que los orígenes no deben olvidarse, que los recuerdos no se deben guardar, que la historia debe escribirse, que Campo Gallo no los ha olvidado.
